TRAS EL CRISTAL DE LA BAÑERA

Aquella noche hacia un calor sofocante,Lucia algo excitada, no podía conciliar el sueño.
Tomo un poco de leche y pensó en darse un baño,a ver si se relajaba, dejo caer sales y una gotas de esencia de vainilla en su bañera azulada, mientras el agua corría, encendió algunas velas como era su costumbre, una atmósfera de magia impregno la habitación y como en un ritual ella se despojo lentamente de unas pequeña bragas,que apenas le tapaban nada. Se sumergió en el agua y en su esponja dorada puso un poco de jabón mas tuvo la sensación de no estar sola,la puerta se abrió despacio, alguien se acercaba, pero con la luz tenue de las velas, no podía ver casi nada, quizás era su imaginación,que le jugaba malas pasadas .
Noto como la observaban, unos ojos misteriosos con curiosidad picaresca, tras el el cristal que protegía la bañera. Era el, lo presentía, pero no podía verle, solo notaba su mirada penetrante, examinando como caían las gotas sobre su cuerpo desnudo.
Su deseo de estas dentro de la bañera, lo cambio por la sensación de ver como el la miraba bajo la ducha.
Un rubor envolvió su cuerpo, el calor se hizo flama, quizás los pensamientos de el, atravesaron su mente y despertaron su alma.
Un deseo irrefrenable se apodero de su cuerpo, quería sentirlo muy dentro, beber de su fuente el agua, compartir sus fantasía y la pasión que quemaba, mas permanecían callada no sabia que haría aquel que a ella idolatraba ,así que se guardo las ganas y siguió, como si estuviera sola y nadie la contemplara, sentía su mirada lasciva masajeando su espalda, acariciando su senos, con aquella espuma blanca con aronas que embriagaban y alimentaban sus ganas, el viaje de sus ojos siguió la ruta marcada y en el mapa de su cuerpo hizo una pequeña escala, se hospedo entre sus piernas, acaricio sus entrañas,melodías de gemidos armonizaban la estancia, su boca toda jugosa sus labios lo reclamaban el corazón le latía con fuerza que le partían el alma,la llevo a las estrellas y la bajo con sus alas .
El momento de la magia no quería que se marchara.
De repente se cerro la puerta y todo se terminaba, había sido solo un sueño pues el muy lejos estaba.

Geni.