
Susana era una mujer que había pasado los cincuenta, aunque por su aspecto no aparentaba mas de treinta, perecía tener una pócima mágica que la mantenía joven y hermosa.
Delgada pero no demasiado,alta mas de de un metro setenta y cinco,una melena risada cubría sus bellos hombros, ojos verdes con expresión de languidez y melancolía daban a su rostro un aire de misterio,labios carnosos y sensuales enmarcaban una dentadura perfecta y maravillosa que dejaba ver a cada paso, pues tenia una sonrisa permanente en su rostro.
Mujer de carácter dulce y exquisita educación,viuda desde los veinte, envidiaba la vida familiar que tenia su amiga Maria,que era como una hermana para ella.
Todas las tardes tomaban el té juntas, Maria se dedicaba día tras día a martillear sus oídos, siempre con la misma cantinela,tienes que salir, conocer algún hombre guapo y educado, eres muy bella y no quiero que te quedes sola.
Pero ella se encontraba acompañada por el recuerdo, del que fue su marido por unos meses, aunque a veces en la intimidad de su alcoba se sentía sola y abandonada, esto jamas lo confeso a nadie.Pero el destino, quiso darle una nueva oportunidad, poniendo en su camino algo que nunca hubiera imaginado.
Todas las mañanas un joven y apuesto panadero le traía el pan,
casi sin mirarle, lo recogía , unos buenos días, gracias hasta mañana, eras sus únicas palabras.
Pero aquel día fue diferente, el cruce de sus miradas permaneció un buen rato, el no bajo sus ojos como era su costumbre, mantuvo su mirada firme, ella algo ruborisada sintió una sensación en el estomago, que hacia muchos años que no había sentido.
El joven se marcho,siguiendo su ruta.
Susana que era una mujer sensual y apasionada, pensaba en aquello constantemente su imaginación volaba cada día a su encuentro,pero ¿como podía pensar que aquel joven sentirá lo mismo que ella?,solo era un chiquillo de apenas veintitantos, ella podía ser su madre, esto la atormentaba pero la excitaba al mismo tiempo.
Así transcurrieron los días, ella para no propiciar un encuentro, dejaba el dinero y una bolsita en la puerta de su casa,pero era inevitable que tarde o temprano se encontrarían y así sucedió aquella fría mañana del mes de diciembre.
Bajaba a recoger el correo,ataviada con una horrible bata de franela y una zapatilla rojas,dejo la puerta entre abierta,Vivía en un edificio de cuatro plantas muy antiguo, techos altos y suelos de mármol,era una autentica obra de arte, ya no se construían edificios así,ella lo había heredado de su abuela materna y trataba de conservarlo en óptimas condiciones.
El ascensor se puso en marcha, sin haber pulsado botón alguno,paro en el piso tres se detuvo, una mueca de sorpresa y un ¿que pasara ahora? hizo cambiar la expresión de su cara,permanecido expectante, su corazón latía mas deprisa que nunca, se abrió la puerta lentamente y allí estaba el joven ,jamas había sido tan descarada casi no podía contener las ganas de abrazarle, chispas que quemaban saltaron de sus ojos, miradas de deseo encendieron sus cuerpos,pensamientos de amor de lujuria y de sexo, no cruzaron palabra alguna, se limitaron a dejarse llevar por el lenguaje de sus manos.Dibujaron una y otra vez sus labios con la yema de sus dedos, el acariciando su cabello, desprendió una cinta roja que cayó al suelo y la envolvió de risos de seda con aromas de jazmín, sus labios se buscaban, se rosaban timidamente como queriendo huir pero volviendo al punto de partida, como dos imanes que se atraen irremediablemente.
Uno a uno fue desabrochando los botones de aquella horrenda prenda en la que estaba enfundada,un camisón negro de transparencia sugerente, algo atrevido daba una nueva visión que adulzaba los ojos de aquel que la miraba asombrado, preguntándose como unos metros de tela podían ocultar tanta belleza, pechos firmes de talla perfecta adornaban su silueta. A pesar de sus cincuenta años su piel tenia la textura de una joven adolescente,a penas disfruto de las mieles del amor y de los placeres del sexo tan solos unos meses duro su matrimonio.
.Antonio que así se llamaba el joven,no había amado jamas a nadie solo en sueños, Susana con el deseo contenido de años de soledad,en las solo se había amado así misma, dio rienda suelta a su imaginación inventando mil y una formas de amar,sus labios recorrieron cada centímetro se sus cuerpos descubriendo zonas que que ni siquiera ellos conocían, gemidos incontrolados salían de aquel viejo montacargas se amaron durante horas sin que nadie les interrumpiera.Aquel acontecimiento marcaria su vida para siempre. continuará...